Evitando asaltos: La técnica del Sorprende y Corre

A pesar de ser un asunto medio complejo y a veces hasta cuestión de suerte, en ocasiones uno puede evitar el ataque de un choro de formas medias cagues de risa. En esta sección si consigo perpetuarla lo suficiente contaré cómo he podido evitar asaltos.

Tomando en cuenta que vivo en Chillogallo, al sur de Quito, uno se hace medio a la idea de que el asalto está a la vuelta de la esquina. ¿Por qué digo esto? En recientes informes de la policía han puesto a mi querido barrio de toda la vida como uno de los más peligrosos de la ciudad con una alta tasa de asesinatos!!!. Sea como sea, a mí en particular no me han asaltado, al menos no por ahí por mi hogar, pero he sido un tanto afortunado ya que a algunos de mis familiares si les han tocado encuentros poco gratos con la delincuencia.

En definitiva viviendo con esta especie de paranoia uno comienza a inventar maneras de cómo evitar que lo asalten. No es tampoco que viva traumado y no pueda salir a la calle por miedo a que me roben o algo ... si algún día me asaltan (de nuevo) ya tocará entregar las pertenencias. Sin embargo me ha funcionado la técnica del Sorprende y Corre.

¿En qué consiste? Es algo muy literal. Debes sorprender al ladrón y echar a correr. El tema es que los asaltantes juegan con el miedo de la víctima. Tienen facha de si no haces lo que te digo te mato y por eso uno normalmente no puede hacer más que agachar la cabeza y entregar sus 3 o 4 cosas. Tan seguros están los choros de su facha de malandro que tienen por seguro que uno se va a asustar. Es ahí donde uno puede sorprender al tipo y aprovechar su estupefacción para eludirlo. Una sorpresa del tipo golpe en la cara no da resultado pues causa la ira del man... lo que sí sirve es por ejemplo lo que yo hice el otro día.

Eran las 7 de la mañana. Yo caminaba rumbo a encontrarme con mi hermano que todas las mañanas me lleva al trabajo. Así como dato: con mi laptop al hombro. Un típico facha de choro con un cigarrillo, chompa grande y guantes de lana camina hacia mí. Me quedó viendo con cara de te cagaste... se acercó... Hola Flaco... me extendió la mano... empezó a decir la típica frase de inicio de un gran asalto... Dame 25 shentavoshh... Maldición el man madrugó a robar!!! ... como tenía la mano extendida la choqué con la mía diciéndole a voz en cuello ... Qué fue loco!!!... el golpe en la mano fue tal que el man no pudo reaccionar ... para cuando gritó un rosario de malas palabras yo estaba media cuadra más arriba a punto de llegar a donde me esperaba mi hermano. El man desapareció.

Es la segunda vez que algo así me funciona y espero que no haya que probar la técnica una tercera.

Lo que sí es importante es notar dos cosas en este tipo de situaciones.

- ¿El tipo está solo?. Normalmente los ladrones andan en banda, si lo sorprendes a uno el o los otros te revientan la madre.

- Mirar al atacante a las manos. No hay que mirar al tipo a los ojos ni nada por el estilo, el man con las manos es con lo que puede hacer daño. Si no tiene nada en las manos es más seguro que uno pueda eludirlo.

En definitiva aunque seguiré escribiendo de anécdotas de asaltos no cumplidos en esta sección el consejo final es: (nada nuevo)

"Si ya te asaltan entrega no más tus cosas... más vale celular robado que pobre diablo asesinado"

Imagen tomada de www.humor-argentino.com