Cuando entré a la universidad era un mocoso más... 18 años... con la típica inseguridad de si se habrá o no elegido una carrera acorde a la aptitud y al gusto de uno. Muchos dudaban de la autonomía de mi decisión cuando dije que iba a seguir Ingeniería de Sistemas porque mi hermano seguía lo mismo, pero yo sabía que quería atar mi vida a un computador desde que 10 años antes mi padre con gran visión de futuro nos compró la primera PC en la que me maté jugando clásicos como Prince of Persia, Gods, Prehistorik 2, California Games y todos esos juegos que entraban en un diskette y que eran los únicos que tenía todo el mundo.
El tiempo pasó y me adapté bien a la vida universitaria, batraceando a las compañeras, bebiendo entre semana y todas esas cosas que hacen de la U un buen lugar y una buena época. La nota es que uno sigue avanzando y creciendo y llega un rato en el que dices... yaff ya ha de ser horita de buscar un trabajo, luego me gradúo y sin experiencia no voy a tener empleo!!! ... ah si en ese momento hubiera tenido más claro el panorama hubiera tomado tal vez distintas decisiones, tal vez me hubiera graduado antes de ponerme a trabajar, hasta ahora sigo trabajando sin graduarme (no sé si alguien recuerde un post de finales de 2008 donde decía que en 2009 me graduaba... pues bueno aquí me tienen) pero no me arrepiento las cosas se han dado bien y por último de eso no es de lo que quiero hablar en este post.
El otro día que estaba analizando una propuesta para determinar lo que iba a cobrar por un trabajo me acordé de algo divertido. Era una de esas clases de relleno que ninguna persona les da importancia, esas clases que permiten que las autoridades proclamen que están dando educación integral, no solo técnica, o que digan cosas como que nosotros no educamos a nuestros alumnos para ser empleados sino para ser empresarios (ya ya de ley)... en esta clase que no me acuerdo qué nombre tenía, pero era algo así como motivación o liderazgo, el profesor llegaba a contarnos lo que los más populares escritores de libros de autoayuda habían dicho en los últimos años y obvio la clase se volvía aburridísima. En una de esas charlas "magistrales" se le ocurrió al man preguntarme un día que cuánto quería ganar de sueldo cuando sea grande (jaja)... yo que en ese momento había estado en fuerte divague me puse a pensar le dije - ¿cuánto quiero ganar ahorita que no sé nada? o ¿cuánto quiero llegar a ganar de aquí a muchos años? - el man me dice - no cuál sería tu aspiración más alta de ganar mensualmente - y yo - pues no sé unos 20000 dólares - el man sacó una sonrisa más que sincera burlona y eso no fue lo más triste sino que varios compañeros, por no decir todos, rieron igual, el man luego de reir y viendo seguramente mi cara de es en serio - pero y ¿qué vas a hacer para ganar esa cantidad de dinero? - y yo - y no sé... ¿trabajar y dar un servicio de calidad? - luego durante la clase siguió hablando de mi astronómico sueldo a modo de broma.
Qué estupidez. No sé si me dio más pena que él en pocas me haya dicho que eso es algo casi imposible hablando desde su posición de persona que ya ha tenido varios empleos o que mis compañeros se rían como quien dice nunca vamos a poder ganar esa cantidad de dinero mensualmente, tal vez ni anualmente. Recuerdo en particular a una chica con dientes particularmente grandes que me regresó a ver mostrando su prominente dentadura y riendo con ganas con cara de ubícate estamos en Ecuador. Yo ya entre mí dije bueno si quieren ganar el salario mínimo fresco.
Hoy por hoy sé que llegar a cifras como esa en un empleo normal, con todos los beneficios de ley, por más horas extras, por más esfuerzo grande que se haga, por más palancas que se tengan dentro de la empresa, por muy buena que sea la relación con los jefes, en verdad es algo risible. Pero obviamente hay formas de llegar a eso, y que no implican traficar estupefacientes ni robar, lo que sí requieren es mucho.. mucho ... mucho esfuerzo y tomar riesgos. Bueee... igual en este punto de la vida también sé que llegar a una cantidad importante de ingresos no necesariamente me hubiera dado toda la felicidad que para mi suerte tengo hoy y que no me han costado ni un centavo. Ahí sí ríanse lo que quieran... me da igual.
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