Caminando en otro mundo: El caso claxon

Un día cualquiera hace un par de años salí con mis panas de la universidad a pegarnos unas bielas y a bailar en alguna discoteca de por ahí por la Plaza Foch. Frescaso. Salimos en estado más cercano a lo etílico que nada y fuimos rumbo a la Juan León Mera a comer un shawarma. Siendo como eran las 2 de la mañana había varias personas en la calle, varios taxis parqueados obstaculizando el tráfico y varios autos pitando como locos. Bueno pues caminaba yo con mis amigos y cruzamos la calle. Un taxista obstaculizaba el paso y un señor estaba atrás con cara de taxista hijuemadre justo al frente mio debías pararte. En eso cruzábamos con la calma habitual que te da un par de cervezas y justo el taxista se mueve y el man del auto pega la pitada de la vida en mi oreja. Acto seguido empezó esta conversación.

Yo: Piensa oye!! Respeta a los peatones.

El man: Camina rápido borracho infeliz!!!

Me rayé.

Yo: QUÉEEEE!!!!????

Me acerco a la ventana del auto y veo a un tipo bien estereotipado. Entradas pronunciadas, ropa de marca, lentes, cara de porcelana, esposa medianamente simpática, un guagua y una guagua mejillas rosadas. La esposa con una cara de susto que no era ni la mitad de expresiva que la cara de susto de los enanos que no eran ni la mitad de expresivas que la del viejo que conducía.

Me desrayé.

Yo: Buenas noches caballero, le pido me disculpe por mi estado, sé bien que no estoy sobrio, señora, niños no se asusten. (jajaja en serio dije eso). Por favor señor no debería pitar así como loco, mire que expone a su familia a un peligro, ahorita yo soy un tipo tranquilo que le pide de la forma más comedida que no pite, imagínese si ese pitaso le soltaba a alguien que reaccione mal.

En ese momento me di cuenta que empezaba a sonar como que a pesar de la cortesía les estaba amenazando. El tipo me veía entre extrañado y alerta a ver si no le lanzaba un puñete o algo. La señora quería darme dinero y la niña estaba al borde del llanto. Me puse a pensar que tal vez estaba más chumado de lo que pensaba y que seguramente no era el más indicado para entablar una conversación así.

Yo: Una vez más le ruego me disculpe y le pido que piense un poco más en el resto de la gente. No gracias señora no quiero dinero, y tranquilos guaguas. Más bien señor gracias por escucharme y no atropellarme.

El man o no lo creyó o le dio más miedo que se le hable así pero todavía con cara de susto arrancó y se fue. Luego vino lo más estúpido que me ha pasado en la vida... un man que estaba con un pana mio que era la primera vez que me veía se me vuelve loco al lado y me dice:

Man loco: ah quién te crees poniéndote al nivel de ese señor que se le veía respetable, asustando a la familia, hecho el que le amenazas, iraste tranquilizando que de gana te vas  a hacer sacar la puta.

Me rayé.

Yo: a ver ... primero que nada... vos quién eras?? Segundo, a vos qué te importa defensor de idiotas si estoy teniendo conversación con ese tipo o no, asco que porque está en carro piensa que puede hacer lo que quiera. Agradece que estaba con la familia que sino ahí sí se hubiera ganado su buena puteada. Y si me tienes bronca no sé... haz lo que quieras loco, por último me vale, si sientes que ese tipo era respetable y que yo no estoy a su nivel... pucha en qué nivel estarás vos.

Me desrayé.

Man loco: ah.. y sigues con tu posición como que fueras mejor que yo... desde antes me cruzaste esa pelada y ahorita sigues hecho el superior.

Me reí.

Yo: qué? cuál pelada? loco sinceramente yo no me di ni cuenta que vos habías estado en el grupo con nosotros. Pero bueno ya fresco pana, vamos te invito un shawarma mejor.

Y traté de llevarle rumbo al shawarma y medio rodeándole con un brazo.

Man loco: a mí no me tocas!!! que me tienes que estar invitando nada. No sabes con quién te metes no me vuelvas a tocar.

Para esto mi pana con el que estaba el tipo este ya se dio cuenta que me transformé.

Mi pana: Mejor vamos no más ve... Sí mejor vamos no más.

Empecé a reirme, este man no sé, la verdad si nos liabamos a golpes el man me hubiera reventado, siendo como soy un tipo medio fresco no es que me haya metido en peleas a menudo. Pero entre mí pensé, qué pobre diablo.

Al final todo quedó así en anécdota ilógica. Y sí le invité el shawarma al man el cual se tragó junto con todo su dizque orgullo.