jueves, 10 de junio de 2010

Recuerdo reloco: Asaltado

El otro día me enteré que le habían asaltado a mi prima la chiquita, que ya tiene 20 años... es gracioso como los que son los menores de las generaciones uno nunca termina de asimilar que crecieron... la asaltaron en el bus a la pobre ante la mirada impávida de la gente que veía como el man le extraía sus 15 dolares amenazándola con un pico de botella ensangrentado, así sin más, a las 11 de la mañana en un bus tipo que iba lleno de gente a la altura de La Mascota.

Al escuchar ese relato se me removió uno de los recuerdos enterrados que uno tiene por ahí pero que cuando se acuerda viene todo con lujo de detalles, con ustedes: La primera (y única) vez que me asaltaron (hasta hoy).

Era un guambra mocoso de 16 años que iba en el bus de regreso al hogar. Ese día no me senté como normalmente en los primeros puestos sino por la mitad y como siempre a la ventana.  El transcurso fue normal hasta llegar a la parada antes de entrar al primer túnel. Ahí se subió un man rarote, ojos rojos, tez morena, chompa gruesa, olor peculiar. El bus no estaba muy lleno, pero este man se sentó a mi lado. Primer error: no haberme cambiado de puesto apenas este tipo raro se sentó al lado... pero bueno era un optimista y no pensé que me iba a asaltar,  ya qué.  Luego de unos 10 minutos de viaje el man se pronunció: préstame para el pasaje - yo sinceramente hasta ahí no me daba cuenta de lo que sucedía, le doy al man 500 sucres, eso costaba el pasaje a esas alturas de la vida, y acto seguido me dijo - mejor dame todo la plata que tengas - y me pico la pierna con un cuchillo. 
Ver a un tipo con un arma sentado a mi lado pidiéndome dinero fue como que me hubieran dado suero de la verdad... el man me pregunta - dónde te bajas - y en vez de decirle -  ya me bajo - le digo en verdad dónde me bajaba lo cual le dio tooooodo el tiempo del mundo para robarme el reloj, la calculadora, el dinero y amedrentarme todo el camino diciéndome que sabe dónde vivo y que si armaba pito me mataba. 

Dentro de toda la letanía de insultos y amenazas de muerte se dieron dos cosas dignas de contar. El man me dijo que no me robaba la mochila con mis cuadernos porque no quería hacerme daño (?), quería que me dedique a estudiar y que sea alguien útil para la sociedad no como él (?). En medio de todo se subió al bus un man que solía hacer un breve show con un títere al que ponía a bailar.. era divertido, al final del show el man se mandó la típica de que él prefiere ganarse el pan de esa forma antes que andar robando y haciendo daño, el ladrón entre dientes le mentó a la madre al man del títere y cuando pasó por su lado le dio unas monedas (que hace poco eran monedas mías). Al final el man me dio para el pasaje y se bajó unas cuantas cuadras antes de que yo me baje. 

Luego de eso quedé lógicamente traumado, e iba siempre en los primeros asientos y del lado del pasillo. Habrá pasado un año y ya me estaba olvidando del asunto cuando un día que iba leyendo un libro en el bus, este paró en San Roque, algunas personas se subieron por la puerta de atrás y escuché una voz que me decía - permiso - y vino claramente el olor - por la pucta, el choro - me levanté el man se sentó en el puesto de la ventana y yo me cambié de puesto de inmediato, qué cara abré puesto, sentía que estaba palidaso y el corazón me latía super fuerte, el man se dio cuenta de mi reacción y antes de que me dé cuenta se bajó. No lo volví a ver más. 

Luego de eso no me han robado, y eso que hoy por hoy mi barrio anda bien maldito. Los robos en los buses siguen siendo muy comunes y lo que más iras me da es que los choferes y los cobradores ya saben quiénes son choros, sin embargo dejan que se sigan subiendo. Al menos el man que recientemente le asaltó a mi prima es conocidaso y no es por nada pero a leguas se le nota que es ladrón.

Bueee... toca seguir caminando por las calles atento a cualquier persona sospechosa.. más vale prevenir.


jueves, 3 de junio de 2010

Una Salida Normal

Fue una salida normal, como la de todos los miércoles. Un encuentro en la Plaza Foch. Unas cervezas para empezar. Ir al bar de moda o al menos al que en ese momento se pudo entrar. Una botella de aguardiente. Unas cervezas de más. Rematar la noche en algún antro que no cobre entrada porque no hay plata que aguante. Vernos involucrados en alguna pelea que nadie entiende por qué empieza. Tomar un taxi y llegar en automático a la casa. Hoy chuchaqui de jueves como siempre. Una salida normal. 

martes, 1 de junio de 2010

Reflexiones personales sobre el Pico y Placa en Quito

Para mí funciona, me demoro menos viajando. Antes hacía una hora y media ahora hago una hora.

Lo que todavía sigo descifrando es qué hacer con la media hora extra que he ganado.