Tu voz se escucha hasta en los poros
mientras le das la espalda al sol
y tu pulgar desafiante
trata de frenar la luz
se escucha en lo mas hondo
cuando logras que el silencio hable
se siente hasta en las venas
como un torrente de licor
y se vuelve peligrosa
cuando me apuñala por la espalda.
Espero que la herida no cicatrice
y que de tanto escuchar me poseas
y que de tanto poseer me necesites, tanto
como yo a ti cuando no te escucho.
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