En ocasiones las cosas no salen tan bien como uno las planea. Pero terminan estando no tan mal como uno hubiera creído.
Hace un tiempo nos robaron la cartera de mi novia. Digo nos porque cuando ocurrió el suceso nos estábamos juntos. En verdad nos robaron como a niños, literalmente, mientras jugábamos Air Hockey en Ludo Play Center del CCI. Estábamos tan enfrascados en la contienda... (ella me ganó) que no vimos que su cartera que estaba a un metro nuestro había sido tomada por, el desde ese instante, nuevo dueño de ella.
Por suerte en esa cartera no habían cosas tan tan indispensables, aparte de los documentos. Eso fue lo que más dolió. Que por un descuido y la mala fe de algún ladrón se tenga que pasar horas renovando documentos con todas las molestias que eso implica.
Con ese mal sabor de boca me quedé, con la impotencia de no poder ayudar a mi niña... no encontramos su cartera... me sentía responsable porque que estemos ahí jugando fue idea mía. Yo sé que no es mi culpa que alguien nos robe pero ya pues que se le hace.
Tres días después llegó sin embargo el hecho que hizo cambiar el fin de esta historia, y es el tema real de este post. La buena fe todavía existe. Gente que ayuda sin esperar recompensa.
Mi novia recibió una llamada de su mamá. Que han encontrado sus documentos. Que un señor X los tiene. Que no saben cómo así. Nos ponemos en contacto con esta persona. El señor indica que los papeles los encontró botados en el Parque la Carolina, entre ellos una tarjeta de la oficial de cuenta de ahorros de mi novia. La llama a ella y pide que le ayuden con un teléfono para contactar a la propietaria de los documentos. Una breve labor de espionaje y lógica logran que esta persona consiga el número y nos entregue los documentos.
Qué ganó él? Toda nuestra gratitud. Hizo la buena obra del día. Qué bueno que no ignoró estos papeles botados en el cesped de un parque. Qué bueno que recuperamos los documentos. Ayudar no cuesta nada.
No conozco a este señor, de hecho no recuerdo su nombre, pero puedo decir que es el dueño del Rincón del Gaucho, un restaurante de parrilladas en Quito. Aunque sea poco lo nombro y recomiendo que vayan a este lugar, la comida está bien, el dueño es un tipo de buena fe.
Pana como te vas a dejar ganar o peor como te pudo ganar de verdad loco jajaja no mentira, sabes a mi tambien me paso eso una vez pero yo en ese caso estaba tan borracho que se me cayó la billetera y una buena samaritana acoltó y dio cogiendo.. y dos días despues estaba nuevamente con mis papelitos, lastimosamente despues de unos años volvieron a desaparecer por la misma razón jajajajaja.. y en relación a la propaganda mi pana es bueno el rincho del gaucho pero para medios pelucas noooo jajaja
ResponderEliminarSaludos pana, y que bueno q recuperaron los documentos, a mi la segunda vez q se me perdieron tuve q vivir de trámite en trámite pa tar tranquilo
El nombre del señor es Angel, y la verdad suuuper buen tipo, hizo algo que no mucho harian, que en realidad no te cuesta nada y para la otra persona definitivamente vale mucho, el robo obvio dejo el mal sabor de boca, pero sirvio para renovar algunas cosas que ya lo necesitaban... y ahora si a cuidar full las cosas, ahora no se puede confiar en nadie
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