martes, 20 de octubre de 2009

Caminando en Otro Mundo: Los Trepamuros de Tonsupa

Todo empezó como siempre como cualquier otro paseo a la playa. Un bus saliendo por la noche. Dos panas y quien escribe. Al abrir los ojos al grito del cobrador ya estábamos en la playa. Te bajas. Otro clima... la ropa más adecuada para el frío incomoda. Llegar y como no es temporada todos los hoteles cerrados para abrir dentro de media hora. Sentarse esperar y ponerse las chanclas en media calle. Ya con mayor comodidad encontrar hotel y disfrazarse de gente de playa. Salir. Una cerveza. Jugar al malabarista con los niños que venden cocadas. Caminar sin rumbo fijo. Jugar a la arena movediza... a el mundo gira alrededor de mis pies. Encontrar un grupo de lugareñas con su característico aroma a comida típica del área. Matar el día en la piscina. Por la noche salir comprar una jaba de cervezas que para 3 personas debería durar por varias horas. Dura una hora (por el calor claro) y entonces...

El hombre de Cromagnon se acerca y nos dice que si puede beber un cerveza con nosotros, estratégicamente regresamos a ver ... tiene un grupo de niñas que lo acompañan... ya pues hombre prehistórico apoyate con las amigas y tienes cerveza. La falla es que no había ni mucha cerveza ni las amigas del hombre de Cromagnon estaban tan bien. Tomando en cuenta el presupuesto y la necesidad de embriaguez se hace vaca para una botella de trago... compramos del fino... naaa... compra más del barato. Acto seguido el hombre de Cromagnon empezó a dar clases de aeróbicos, las niñas resultaron ser muy buena onda que a fin de cuentas en estos casos sirve más. Baila un poco en este mundo poblado de gente desconocida que resulta que congenia inmediatamente. La mujer de cara de luna llena se pone resplandeciente, cada quien agarra su pareja... osea yo y mis panas... los panas del hombre prehistórico demuestran que no les agrada que unos desconocidos les bajen las peladas y se van. Y se van con todo ese mundo irreal a cuestas.

Quedamos 3 tipos ebrios a dos cuadras de su hotel. No era temporada así que en el hotel las puertas se cerraron temprano. Llegamos cantando y gritando como buenos borrachos y nadie abrió. Golpes en la reja, silbidos, timbrasos. Nadie. En eso la idea estúpida que nunca falta (y que en ese momento suena muy bien). Loco pásame esa nota que usan los maestros para cernir la arena de la construcción!! Tu orden hermano toma... improvisando una escalera mi pana se sube al techo de la entrada y abre una ventana. Sencillo.. ahora suban todos. Al menor le acolito yo .. digo ... dale sube guambra. Con el guambra arriba solo faltaba este humilde personaje. La improvisada escalera ya no jaló. Quedé colgado del techo, abrazando con todas las fuerzas una superficie llena de piedritas para no caerme. Mis panas con los reflejos atontados no cayeron en cuenta tan pronto hasta escuchar mi "ME CAIGO LGP"... me sostuvieron y me ayudaron a subir. El resto fue sencillo nos metimos por la ventana que daba a las escaleras y a dormir. Al otro día todos nos despertamos con golpes y señales fruto de nuestra pequeña ascención a la ventana.

Ya en la parada del bus vimos a un grupo que tenía a un tipo con facha de hombre de la prehistoria y a una mujer con cara de luna llena. Pero como siempre en esos casos nadie dijo nada... nadie saludó. Regresas a la casa y dices que todo estuvo bien. Un paseo sin novedad. Nadie se entera hasta ahora que en verdad estuviste en otro mundo.

La imagen bastante bonita por cierto fue tomada de por acá

1 comentario:

  1. jaja las historias de la playa siempre son chéveres... yo tengo muuuy gratos recuerdos de Esmeraldas.. ya me imagino chumadito colgando de la ventana y el otro par matados de la risa tratando de ayudar... son un caso!!!

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