miércoles, 6 de abril de 2011

De guardias de seguridad cordiales y artistas acomplejados

Hace algún tiempo tuve una conversación donde salió a relucir la farsa que resultan ser los servicios de guardianía privada. Lo ponen a un señor de más de 50 años con un palo a cuidar una calle o una casa. Lógicamente el pobre hombre no va a poder hacer nada si llega algún choro a hacer su gracia, menos si es más de uno, menos si están armados, menos si el guardia mismo está implicado en el asalto. En muchísimos casos lo mismo aplica para los policías pero esa no es la idea en este post, se ruega tomarlo como introducción desconectada del texto que sigue a continuación.

Recién no más en el sitio donde ando hoy por hoy laborando cambiaron de empresa de guardianía. Los manes dan un buen servicio, al parecer hacen hincapié en la atención a la gente por parte de sus guardias, tipos cordiales todos. Al ser tipos cordiales realmente no me explico la actitud de algunas personas hacia esta gente que al final de cuentas solo está haciendo su trabajo. Ahí van dos casos de los que fui testigo en el transcurso de este mes.

- Un día me acerco a la garita para poder ingresar al comedor de la empresa. En la puerta estaba un man antes que yo hablando con el guardia, desde lejos ya se le veía y se le escuchaba exaltado. Me acerco y le veo al man con unas maletas a su lado y vociferando. El guardia le decía - En este momento la señora Nosecuantito no lo puede atender, me comunican que está en la hora del almuerzo - y este tipo con toda la prepotencia - Ah pero yo necesito hablar con ella, ella me está esperando - el guardia - Señor me informan que no la pueden contactar porque está en el comedor almorzando - y el tipo gritando y moviendo los brazos como un loco - Pero si para eso mismo vengo pónganme en contacto con ella ¡Si serán GILES! - mientras tanto yo me acerqué y como de costumbre pedí que me permitan acceder dejando mi documento, aproveché para verle con cara de qué pena que das a este man que medio se cortó al ver que uno llegaba y lo trataba al guardia como a una persona. Bueno pasó, o más bien dicho pasé al comedor... cuando ya estaba almorzando le veo entrar a este caremaso que encima más como si fuera inútil había hecho que los guardias carguen sus maletas. Qué ha sido que a este man lo han contratado para cantar mientras la gente almorzaba, después de estar como un energúmeno en la puerta llega hecho el sublime el careverga, a poner vocecita de romántico y a cantar Yolanda de Pablo Milanés. Obviamente nadie le paró la más mínima bola, sinceramente con esa amplificación que el man cargaba prefiero mil veces quedarme solo con el murmullo normal del almorzadero antes que escuchar la horrenda bulla que se armó cuando el man empezó a cantar y todos los que no escuchaban lo que se decían en cada mesa empezaron a gritar para conversar.

Otro día llegaba yo a laborar igual, cruzaba las típicas palabras de saludo y de conversación del clima y ese tipo de cosas con el guardia mientras me daba la credencial y registraba mi laptop cuando salen un par de idiotas crecidos, cara de porcelana, ternos finos, osea los manes aniñadasos salían viendo por encima del hombro... el punto es que el guardia les pregunta los nombres para buscar sus cédulas, el un desgraciado en el teléfono conversando a gritos y gangosamente a la usanza del típico quiteño aniñado, digamos que este tiene justificación porque estaba en el teléfono aunque ni así, el otro si el auténtico auténtico... no dijo nada. Osea. El guardia les pregunta de frente - Por favor, ¿cuáles son sus nombres caballeros? - mientras cogía un grupo de unas 15 cédulas, y este man mudo total, no le respondió, ni le regresó a ver, el guardia procedió entonces a verles las caras a los idiotas estos y a cachar qué cédula es de cada quien. Las encuentra. Se las entrega y los manes (para esto ya había colgado el celular el uno) no dijeron ni gracias ni hasta luego ni nada - Qué bestia que hay gente maleducada ¿no? - le digo al man - Gajes del oficio, jefe - Sinceramente la gente que trata así con prepotencia a los demás creyéndose superiores me sacan de quicio, y justo con estos guardias que son los más cordiales que me he topado.

Lo cual me lleva  a otra que me acuerdo ahorita, y es algo que no me pasó a mí. Mi mamá llega el otro día al edificio de la Radio Pública por asuntos de su trabajo. Llega y pregunta a la recepcionista por la persona XYZ a la que debía contactar. La chica tenía estrabismo (un detalle nada más) y le pidió a mi mami que le espere un momento. Mientras atendía a la otra persona que exaltada y vociferando estaba reclamándole a esta chica en términos poco apropiados para tratar a una dama, cuando el tipo se fue con su actitud prepotente mi mami le pregunta - Disculpe este señor grosero de ahorita ¿no es ese que hacía canciones para niños y no se qué? - y la chica - Sí señora es Ricardo Williams.

Hay mucha gente de mierda en este mundo.

Eso no más.

3 comentarios:

  1. Puta, loco...eso me suena bastante a hinchas de la Liga. Qué verga, loco...me indigna ese tipo de gente que juega a ignorar a personas "inferiores". Esos tipos se merecen una buena golpiza...a veces me dan ganas de ser tipo batman para irles a buscar en la noche y matarles de la manera más sangrienta...o como decía un pana del cole "ganas de mandarle a un negro a que le violen"

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  2. es indignante loco... yo siempre he sido de la idea de que mientras más "grande" se es, se debe ser más humilde... aunque no sé si esa es la palabra exacta... en definitiva la grandeza no se mide por la capacidad de aparentar

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  3. Yo trabajo en una empresa de seguridad integral y justo ayer nos jalaron las orejas por dejarle esperando 15min a un guardia...
    Todos merecemos respeto
    Te cuento de un fiscal q vino a la oficina y no solo le trato mal al guardia sino a todos los que pasaron por su camino.

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