domingo, 21 de marzo de 2010

No hay lugar como el hogar

La semana pasada tuve un descanso del trabajo que ando haciendo por Perú y me fui a visitar a la familia en Quito.

En lo personal me pude dar cuenta de cómo se extrañan las pequeñas cosas. La cama de uno, el sabor del pan de la panadería del barrio, la ducha de uno, las calles, muchas cosas que normalmente, por la rutina, uno simplemente da por hecho y ya no toma muy en cuenta.

Obviamente se extraña mucho la proximidad de la familia, de los panas, de los primos, de todas las personas con las que uno comparte la vida. Es realmente emocionante ver a la gente que quieres después de un tiempo y ver que todo sigue siendo igual, que puedes ser el mismo gil y que ellos te pueden seguir aceptando. Son cosas en las que uno piensa solo cuando se aleja, cuando no puedes ver a tus padres o hermanos todos los días, incluso hasta conversas más, es obvio, tienes más cosas que contar, pero más que nada es que hay incluso más ganas de contar, más ganas de ver, de decir, de compartir.

Hoy había una fiesta en mi casa por el cumple de mi hermano. Cómo no me voy a comer mierda por no haber estado ahí. Por no poder darle un abrazo a mi ñaño en el propio día de su cumple. Pero así dicen que es la vida, y así lo estoy comprobando ... a veces uno se ve en situaciones que no precisamente son perfectas pero toca afrontar en pro de algo supuestamente mejor. 
Vengo acá y me doy cuenta que soy un tipo totalmente familiar, que extraña mucho la proximidad de los que quiere. Vengo acá y me doy cuenta que soy un tipo de que quiere mucho su ciudad y su país, aunque están metidos en un caos soportable maldito. Uno viene acá y compara muchas cosas. La comparación de si un país es mejor que otro es muy subjetiva pero en lo personal me quedo con el mío. Así como miles de personas hacen hasta lo imposible por salir del Ecuador eso no es para mí, yo voy a hacer hasta lo imposible por quedarme, por poder ser en mi patria todo lo que quiero llegar a ser. Es cuestión de decisión de cada quien. Por eso yo a los migrantes no los considero ni héroes ni lo contrario, son solo personas que no estaban conformes con lo que tenían y decidieron salir, viajar por el mundo en busca de algo mejor, muchos lo han encontrado y eso está bien, pero eso no es algo único, no es algo extraordinario ni admirable, es solo la decisión de una persona que busca lo que le conviene. 

En lo personal me quedo con el sabor exquisito del yaguarlocro (o yahuarlocro) que me hizo mi progenitora el día antes de que regrese, que por más ceviche peruano que coma no se puede borrar, y mientras me tomo una Cusqueña mejor cierro el post, porque ya me voy a poner sentimental.

2 comentarios:

  1. Osea este post se cierra con la conclusión de que prefieres la Cusqueña que la Pilsener????

    Pues siempre el estar lejos de lo que tienes te hace valorarlo de mejor manera, además de madurar y quererlo más

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  2. Exactamente Eugy ... y sí la Cusqueña es buena pero no es como para embrigarse como con la Pilsener jeje...

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